Consejos para abrir tu primera cuenta corriente

Ya sea por Internet o acudiendo a una oficina bancaria, el paso previo a abrir una cuenta corriente es comparar la ingente oferta que hay en el mercado. No solo existen cuentas de todo tipo, sino que cada una brinda prestaciones distintas: desde las que eliminan comisiones a las que bonifican las domiciliaciones o prometen rentabilidad. Por ello, conviene leer la letra pequeña para poder escoger la cuenta que de verdad preste ventajas en los aspectos más importantes, como tarjetas gratuitas, eximir de comisiones de mantenimiento, no cobrar por realizar transferencias... Estas consideraciones toman especial relevancia en el caso de quienes abren una cuenta corriente por primera vez. En estas líneas se dan consejos para que hacerlo resulte sencillo, además de beneficioso para las finanzas personales.

Cómo abrir una cuenta bancaria por primera vez

1. En una oficina:

Abrir una cuenta bancaria directamente en la sucursal es muy simple, a pesar de que para un joven que siempre haya dependido de sus padres pueda parecer un trámite complicado. En realidad, basta con seguir unos sencillos pasos:
Ir a la oficina bancaria más próxima a casa (o al lugar de trabajo). Esta elección tiene su importancia, ya que por lo general siempre habrá que realizar gestiones, por distintas circunstancias, y no conviene tener que acudir al otro extremo de la ciudad para tramitarlas.
Acercarse a la entidad con la documentación en regla, es decir, con el DNI en vigor. Si no hay un solo titular, deben ir todos y llevar el DNI de cada una de las personas que figurarán como titulares en la cuenta. Los titulares también deben facilitar al banco una dirección postal y un teléfono de contacto, así como sus datos laborales si es el caso.
El banco abre la cuenta, y se firma el contrato, tras su lectura. No debe hacerse con prisas, sino que hay que leer con detenimiento todos los puntos y preguntar, antes de estampar la firma, cualquier duda que se tenga, por insólita que pueda parecer. Más vale pecar de precavidos que pagar después las consecuencias de dar el visto bueno a un aspecto que no se había revisado o comprendido bien.

2. Por Internet:

Contratar una cuenta a través de la Red es más sencillo aún, y más cómodo. Desde casa, sin moverse, se puede entrar en la web del banco. En ella se encontrarán los pasos que se deben seguir:
Aparecen las condiciones, como qué tipos de cuentas hay, las comisiones, las tarjetas... Comparar las ofertas de las distintas entidades es muy fácil si se hace a través de Internet, pues no hay que trasladarse de un lugar a otro.
Rellenar los datos personales: además de dar el DNI, hay que proporcionar a la entidad una dirección postal, un teléfono y un correo electrónico. Y también, si se trabaja, habrá que aportar los datos laborales de los titulares.
Hay que establecer un código de seguridad, con contraseñas y preguntas de seguridad. Esto sirve para identificar al cliente cada vez que acceda a sus cuentas.
Tras confirmar los datos, se crea la cuenta. Pero antes de poder utilizarla hay que recibir un contrato del banco y enviar la documentación necesaria (en general, la fotocopia del DNI). Tras revisarla y dar el visto bueno por ambas partes, se activa la cuenta.

Otras consideraciones

Al abrir una cuenta en el banco, se deben considerar también aspectos como la localización de las sucursales, si la entidad tiene o no una potente red de cajeros, sus horarios de atención al público y si hay posibilidad de poder realizar gestiones a través de banca on line (en el caso de abrir una cuenta tradicional). Aunque parezcan asuntos de orden menor, pueden facilitar o complicar mucho la vida del usuario bancario.